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martes, 27 de febrero de 2018

HOMENAJE A BEATRIZ GALINDO, LA LATINA


El día 8 de Marzo se celebra el Día de la Mujer y en nuestro blog queremos rendir homenaje a algunas mujeres que por su talento y personalidad merecen ser recordadas. Estos días previos a la celebración queremos compartir con vosotros algunas biografías de grandes mujeres.

BEATRIZ GALINDO, LA LATINA (1465?-1535)
Aunque no se conoce exactamente la fecha de su nacimiento en Salamanca, se sabe que con tan solo dieciséis años era una experta en latín, conocía a los clásicos y sentía una gran admiración por Aristóteles. Se instruyó con todo el saber del Humanismo, exceptuando la Retórica, que se suponía propia de los varones ya que preparaba para la política y la guerra.
Sus padres, para que siguiera estudiando,  pensaron ingresarla en un convento, pero mientras llegaba ese día le pusieron profesores  de gramática latina, entre los que se encontraba el humanista Antonio de Nebrija. Su fama se divulgó rápidamente por la ciudad del Tormes y fue invitada como lectora en su Universidad, algo totalmente inusual para una mujer en aquella época.
Isabel la Católica quiso conocerla y quedo tan impresionada de la joven Beatriz que le pidió fuese su profesora. Beatriz también se ocuparía de la instrucción de los hijos de los Reyes Católicos, tanto del heredero a la Corona, el príncipe Juan, como de las hijas, Isabel, Juana, Catalina y María.
La reina también concertó su casamiento con un capitán de su confianza, don Francisco Ramírez de Madrid, hombre viudo  con cinco hijos y que le doblaba en edad. De este matrimonio nacieron dos hijos, pero Beatriz enviudaría a los seis años de haber contraído matrimonio, ya que don Francisco falleció en la serranía de Ronda en la rebelión de los mudéjares en 1501.
El testamento de su marido lega casi todos sus bienes al hospital de la Concepción, nombrando a Beatriz beneficiaria del mismo. Doña Beatriz desea retraerse de la vida pública y consagrarse al hospital, pero los Reyes Católicos la quieren a su servicio, convirtiéndola en la encargada de llevar la correspondencia y documentos confidenciales.
Tras la muerte de Isabel, y después de acompañar el cortejo fúnebre a Granada, Beatriz se retira de la Corte.
Nunca dejó de seguir adquiriendo nuevos conocimientos y se sabe que estudió Teología y Medicina.
Llevó a cabo numerosas obras de beneficencia en Madrid, por lo que fue muy querida en la ciudad. A ella se debe la fundación del mencionado Hospital de la Concepción y de los conventos o monasterios de la Concepción Francisca y la Concepción Jerónima en Madrid. Hoy en día uno de los  barrios más castizos de esta ciudad lleva su nombre.

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